Que un árbol con todo su ramaje,
que si arriba a un desierto
se siente naufragio, y no hay quien
se cobije.
Ay ramita si no hay nido
te pondremos palabras como trinos.
Que a través de la mirada del desierto
la arena se dora hasta en la noche, que un sol envejecido
se recuesta, pero no se marcha.
Así todo permanece y el árbol que es naufragio
proyecta la misma sombra
también con sus palabras como trinos.
Que alguien ensayó hacer versos y quedó algo ilegible,
un canto afónico
de un ave imposible nacida del árbol que acumula derrotas y aspereza.
El tronco retorcido que llegó por azar y al que
una gota le basta.